La situación que estamos viviendo a nivel mundial generada por la crisis sanitaria del coronavirus ha provocado en la sociedad una serie de preocupaciones que están desestabilizando paulatinamente el sistema establecido: aumento del desempleo, pérdidas económicas, debilitamiento de instituciones sociales, etc. Uno de estos aspectos que también está siendo perjudicado debido al panorama de la pandemia es la salud mental. Actualmente observamos un incremento en los servicios de apoyo en este ámbito debido al incremento del estrés postraumático, insomnio, ira, miedo al contagio, pérdida de libertad por el confinamiento e incertidumbre por el proceso de vacunación, entre otros.
Con el objetivo de paliar este tipo de síntomas, impulsar un clima más optimista entre la sociedad y promover un aprendizaje continuo, especialmente entre las personas mayores, y mejorar su calidad de vida surge el proyecto Activate Social Prescribing for Community Learners. Esta iniciativa toma como base los principios de la prescripción social, un potente mecanismo que continúa siendo un enfoque poco conocido entre las entidades educativas y académicas pero que posee un gran número de beneficios.
La prescripción social busca mejorar el bienestar físico, mental y emocional de personas adultas conectándolas con recursos de apoyo comunitarios y no médicos. A través de esta, se pretende derivar a personas con enfermedades psicosociales y/o mentales, en especial a las más reticentes a participar en tratamientos farmacológicos, a programas comunitarios que les ayuden a adquirir hábitos saludables, aumentar sus relaciones sociales y contribuir a llevar una vida más activa, reduciendo su aislamiento social y mejorando su autoestima, autoeficacia y autoconfianza.
La iniciativa Activate está financiada por el Programa Erasmus+, dentro de la convocatoria Cooperation for innovation and the exchange of good practices y surge fruto de la colaboración de un consorcio europeo coordinado por New Lodge and Duncairn Community Health Partnership de Reino Unido. Además, lo componen la Fundación Ageing Lab, junto a la ONG IASIS (Grecia), la compañía Momentum Marketing y la asociación Roscommon Integrated Development Company (Irlanda), el Instituto Europeo de E-learning (Dinamarca), el laboratorio de arte Le Laba (Francia) y la cooperativa Polo Cultura y Salud de Nueva Aquitania (Francia).
A través de este interesante proyecto, que comenzó el pasado 31 de diciembre de 2020 y tiene como duración 24 meses, las entidades socias proponen introducir y adoptar el enfoque de la prescripción social en España, Francia y Grecia, países donde actualmente solo existe como concepto, y extender su práctica en Gran Bretaña, Irlanda del Norte e Irlanda a través de la implantación de programas dinámicos de aprendizaje basados en recursos comunitarios y destinados a la población adulta. Activate tiene como objetivos específicos introducir la prescripción social para la mejora de la salud y bienestar en la época de la pandemia a través de Europa; empoderar a las personas mayores en situación de riesgo mediante su alfabetización en hábitos de salud; crear guías y materiales de apoyo a medida para que profesionales sanitarios y sociosanitarios impulsen este concepto y lo integren en su labor diaria; y crear 5 foros de participación para facilitar vínculos sostenibles entre organizaciones clave para su avance tanto a nivel local como regional.
Sin duda, se trata de una iniciativa dentro del ámbito de la innovación social muy útil para aquellas personas que poseen un bajo nivel de habilidades, conocimientos y competencias relacionadas con la salud, que les ofrecerá la oportunidad de tomar decisiones en este ámbito y emitir propuestas sólidas y decisiones fundadas directamente sobre su bienestar.
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